Recuerdo aquella mañana lejana, hacía frío, llevaba bufanda, guantes y los pensamientos ateridos. Alcé la vista y él y yo nos cruzamos las miradas, las sostuvimos más tiempo del necesario y una palabra se quedó en la boca. Cuando sus ojos desconocidos atravesaron mis pupilas me di cuenta de que se parecían tanto a los tuyos que no los sentí extraños. Entonces me di cuenta de que mi tristeza era un borrón de mal gusto en una relación tan especial como fue la nuestra y mi angustia desapareció de pronto y reviví cada instante de plenitud contigo y tuve la certeza de que cada segundo mereció la pena.
Para ti.. después de tantos años..
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario