martes, 13 de enero de 2009

Closer

La he vuelto a ver hace poco. Ya he perdido la cuenta de las veces que la he visto, siete, ocho, nueve... Cada vez me gusta más, cada vez descubro nuevos matices en los personajes. La historia de cuatro personajes que se entremezclan, se aman y se destruyen. La condición humana en las relaciones de pareja: el egoísmo, los celos, las ganas de sentirse culpable, de traicionar o ser traicionado, el miedo a la soledad, la incapacidad para entregarse, el quererlo todo sin renunciar a nada, el exigir lo que no se está dispuesto a dar... Los personajes simplemente creen estar enamorados y actúan en consecuencia, cuando posiblemente no saben diferenciar la pasión del amor ni distinguir el deseo de los sentimientos.

El personaje de Jude Law representa el deseo, la infidelidad y el escaso compromiso en la relación. Detrás se esconde el miedo a sufrir, a arriesgarse. La necesidad de sentirse deseado para alimentar la autoestima.

Julia Roberts da vida a una mujer incapaz de estar sola, pagando cualquier precio. Necesita sentirse culpable confundiendo el sentimiento de deber algo a alguien con amor. Necesita sufrir y autocastigarse para sentirse viva.

Natalie Portman interpreta a una mujer que lleva la máscara del enigma cuando en realidad es sumamente frágil pero, quizás, la más auténtica, a la vez que frágil la más valiente, la que renuncia a mantener una relación que la ha decepcionado, la única capaz de saber que estará mejor sola que mal acompañada.

El último personaje, interpretado por Clive Owen, da vida a un hombre pervertido, soez y vicioso, pero que ama con entrega, una entrega total en la que accede a que su pareja permanezca a su lado teniendo la certeza de que ella no le quiere pero le necesita. El conformismo en estado puro.

Y el tema principal de la película que me pone los pelos de punta.

1 comentario:

aran dijo...

;) se ha chivado el zurdisssssssssssss